Sunday, October 27, 2019

Del Mito a la Realidad: La Semántica Goyesca en Saturno


De considerarlo como “una humorada con que admirar, y tal vez espantar, el apetito de algún invitado de buena fe” (Beruete citado en D.A.I.[1] 177) a entenderlo como “una afirmación de la conexión entre la sexualidad y el canibalismo” (Singletary 77), el Saturno devorando a su hijo no deja indiferente a nadie. Siendo uno de los 14 murales que forman las Pinturas Negras, el Saturno fue pintado al óleo directamente sobre la pared del comedor de la Quinta del Sordo, donde Goya pasaría parte de los últimos años de su vida. Se especula que el pintor habitó la finca situada a orillas del Manzanares desde 1819 hasta 1823, año en que Goya marcha a Burdeos donde finalmente muere. Es significativo destacar que quizás el punto de unión entre las múltiples interpretaciones que han ido apareciendo sobre la escena y que se esbozan a continuación sea ese resquebraje con la rigidez de sólidas masas corporales de los ideales clasicistas, esa pulcra epidermis, para dirigir la mirada al conflicto íntimo, humano y muy visceral. La escena nos ofrece una radicalización antropológica de la expresión artística en una dicotomía constante entre lo quimérico y el terror catártico. Una lucha ésta de contrarios que, como se verá, forman la esencia misma del cuadro y por la cual los espectadores nos vemos avocados al sentir más intenso y visceral, y es así que nos sentimos presos del tiempo. Los críticos han visto en el Saturno goyesco una expresión del pesimismo y la melancolía de su creador. Un pesimismo que se plasma en el uso del negro, creando un abismo roto por tonos dorados oscuros que desdibujan la figura del dios romano. Son acaso ese punto de luz tenue y la mancha amorfa y ocre que confina el cuerpo desgarrado del hijo lo que más llama la atención de esta escena tan rica en simbolismo. Morgan apela por la evocación visceral que produce el cuadro y resalta la versión del “hombre destrozando a su propio hijo” (42). La escena sería así expresión del sentir del autor por los múltiples abortos que Josefa, la esposa de Goya, había sufrido o quizás del miedo tan íntimo e irracional del pintor a que su propia fama eclipsase los posibles logros de su único hijo. Otra interpretación, quizás de un simbolismo más básico, es aquella que resalta el sentimiento de Goya por el paso inexorable del tiempo. La conexión entre el mito romano y la realidad del pintor se torna explícita en este sentido. Goya, tras sufrir una grave enfermedad que lo dejó sordo, y ya en sus setenta, plasma con brutal desgarro las consecuencias del paso del tiempo. Es el imperio de la muerte sobre la vida. Con trazos que se van diluyendo hacia los oscuros márgenes, Goya retrata los efectos inexorables del tiempo de la única forma posible de entender la vida sin enloquecer; desde la propia locura. Rueda entiende, por otro lado, que la iconografía nos muestra los males de una España ante la censura, las persecuciones políticas y la superstición. El crítico califica el tratamiento satírico y radical de estos temas por Goya como “una respuesta ética y emocional; una reacción razonada” (50). De este modo, observamos como la semántica iconográfica del Saturno nos retrotrae a una España desfigurada por la monstruosidad de una guerra y el terror del reinado de Fernando VII; una España que se alimentaba con sus propios muertos. Varios han sido los críticos que han resaltado en el trasfondo satírico en los Caprichos goyescos una denuncia a los abusos de la iglesia y a la superstición.  En el Saturno presenciamos como la luz, la razón del ilustrado, es devorada por el monstruo lóbrego del tiempo, por la superstición. Con todo, la semántica en la imágenes de Goya en esta su etapa final nos muestran un espíritu creativo libre, no sujeto al canon de la época tanto en la elección de los temas como en el trato que hace de éstos. A su vez, Andrew Schultz recoge la opinión de Goya sobre el impedimento que supone la obediencia ciega a las normas: “no existen las reglas en la creación de pinturas, y la opresión, o la obligación servil de convertir todo en estudio y seguir un mismo camino es un gran impedimento” (165). Goya nos muestra a partir de sus Caprichos y especialmente en sus Pinturas Negras al antagonista del hombre racional con escenas repletas de una oscura y monstruosa irracionalidad. El Saturno representa “la fatalidad del triunfo de la ignorancia, la oscuridad, la noche, sobre la ilustración y la luz del día” (D.A.I. 174). Como se menciona en el video, Goya: Crazy like a genius, la obra muestra la visión de un Goya a la vez “prisionero” de su sordera y “liberado” como nunca antes en su trayectoria artística de los cánones convencionales. Sin duda, Goya ha roto con el policromismo y el mundo armónico y bucólico de sus etapas anteriores, sobre todo aquellas bajo el patrocinio de Carlos IV. A partir de sus Caprichos, donde la sátira a la hipocresía y la superstición son temas recurrentes, Goya representa un mundo de valores morales invertido, un mundo sumido en la oscuridad y el terror de un dios que está abocado a devorar a sus hijos. Según Morgan, se aprecia también un doble sentido en el rostro del Saturno: la parte izquierda de la cara, sobre todo a la altura del ojo, algo más sumida en el oscuro del resto de la escena, aparece “desafiante”, mientras que la parte derecha parece “cuestionarse” incrédulo los motivos de su acción. Vemos, pues, cómo la naturaleza del Saturno es una eterna sucesión de dicotomías: el día y la noche, el mito y la realidad, canibalismo y creación, la luz y la oscuridad, la razón y la superstición, el prisionero y el liberado, la muerte y la vida, la imposición y la libertad artística. No existe el uno sin el otro y ambos se complementan en esa simbiosis degenerada pero bella que es el Saturno, esa “combinación de furia y control que anuncia al genio” (Goya: Crazy like a Genius). Bibliografía Goya: Crazy like a Genius.” Web https://vimeo.com/112175714 I. D. A. “El Saturno y las Pinturas Negras de Goya.” Archivo Español de Arte 35.138 (1962):
173-177. Periodicals Archive Online. Morgan, Jay Scott. “The Mystery of Goya´s ‘Saturn’.” New England Review 22.3 (2001): 39-43.  Middlebury College. Rueda, Ana. “Goya at the Equinox.” Romance Quarterly 54.1 (2007): 49-50. Heldref. Schulz, Andrew. “Satirizing the Senses: The Representation of Perception in Goya´s Los Caprichos”. Art History 23.2 (2000): 153-181. Routledge and K. Paul. Singletary, Suzanne. “Dystopia: Goya´s Cannibals”. Aurora 5 (2004): 56-81. WAPACC.






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